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¿Cómo prevenir sus efectos adversos? (IntraMed) La utilización de glucocorticoides (GC) para el tratamiento de diversas patologías como asma, EPOC, enfermedades reumatológicas, inflamatorias y autoinmunes, enfermedades onco-hematológicas y para la preservación de órganos transplantados está ampliamente difundida en la práctica médica. La eficacia antiinflamatoria e inmunosupresora de estos fármacos está ampliamente demostrada. Sin embargo, los efectos adversos como consecuencia de la utilización de estas drogas, también son frecuentes. Osteoporosis secundaria Uno de los efectos adversos más conocidos y predecibles es la inducción de osteoporosis secundaria. El 30-50 % de los pacientes expuestos a esta terapia en forma prolongada sufren algún tipo de fractura osteoporótica. El riesgo de pérdida de masa ósea inducida por GC está en relación con la dosis diaria, la duración del tratamiento y la dosis acumulativa a lo largo de la vida del individuo. Si bien el riesgo es mayor con el uso de GC por vía oral, la utilización de estos fármacos por vía inhalatoria también pone al individuo en riesgo de osteoporosis y fracturas. Por lo tanto, esta condición de riesgo debe ser tenida en cuenta en todo paciente expuesto a terapia GC, ya sea oral o inhalatoria, en particular cuando esta se extienda por más de 3 meses. Se debe intentar utilizar la mínima dosis que sea posible. Metabolismo de los hidratos de carbono El efecto de los GC sobre el metabolismo de los hidratos de carbono es bien conocido y la tendencia a la hiperglucemia con el uso de dosis farmacológicas de estas sustancias es sumamente frecuente. El aumento de la glucemia se debe, fundamentalmente, a un incremento en la resistencia tisular a la insulina inducida por estas drogas. La hiperglucemia metacorticoidea suele ser de difícil manejo, y en muchos casos, es necesario recurrir a la insulinoterapia, para lograr un adecuado control glucémico. La elevación de la glucemia está en estrecha relación con el momento de administración de los GC. La mayoría de los pacientes reciben estos fármacos a primera hora de la mañana. Consecuentemente, la glucemia se eleva durante la mañana y la tarde, evidenciándose un mejor control de la misma hacia la noche y primeras horas del día. Por este motivo, se debe diseñar un esquema de insulinoterapia que se ajuste a esta patente, haciendo coincidir el momento de máxima acción insulínica con el momento de mayor efecto GC y discriminando las escalas de corrección preprandial, de acuerdo al momento del día. Catarata subcapsular y glaucoma: Supresión de la función del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal Es importante recordar que la administración crónica de GC (tanto sistémicos, como locales e inhalatorios) induce una supresión de la función del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (HHA). El grado de inhibición es dependiente de la duración del tratamiento y de la dosis administrada. Si el mismo se prolonga entre 5 y 30 días se puede esperar una recuperación de la función de dicho eje en 15 días. Con más de 30 días de dosis suprafisiológicas de GC, la recuperación de una adecuada función adrenal puede demorar hasta un año. Esta será más rápida si los GC se utilizan en días alternos. En el caso de glucocorticoides inhalatorios se requieren dosis iguales o mayores a 800 g/día de beclometasona o budesonide o 400 g/día de fluticasona para suprimir la función adrenal endógena. Para evitar la aparición de síntomas de insuficiencia suprarrenal, la disminución de la dosis de GC debe hacerse de manera gradual en intervalos no menores a 15-30 días, hasta llegar a una dosis equivalente a la fisiológica (ver tabla). Una vez alcanzada esta dosis, y si el paciente estaba recibiendo GC de vida media larga, es recomendable indicar hidrocortisona, de menor duración de acción, e intentar con el tiempo, utilizar la mitad de la dosis fisiológica de la misma, para permitir una adecuada recuperación de la función adrenal. Durante esta etapa, el paciente debe ser alertado sobre los posibles desencadenantes de insuficiencia adrenal, los síntomas de la misma y cómo proceder ante la eventualidad de que esta pudiera presentarse. Cada 3 meses, el paciente debe ser evaluado con un test de estímulo con ACTH, hasta constatar una adecuada respuesta al mismo, momento en el cual se considerará que se ha recuperado la función adrenal. Comparación de potencia antiinflamatoria, vida media y dosis equivalente de los corticoides sintéticos más frecuentemente utilizados.
Dra. Lina Capurro Entrevista a la Dra. Lina Capurro en formato de audio:
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Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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