La profunda reestructuración que vive la empresa desde la llegada de los Luksic busca arreglar los "errores estratégicos" cometidos por la firma en su deseo de posicionarse entre las más grandes de la industria, más allá de sus posibilidades reales. A pocas semanas de entregarse más antecedentes sobre el aumento de capital para la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), controlada por los Luksic y Claro, de US$1.200 millones -una cifra que sólo se acerca a las pérdidas que tendría este año la empresa- la reestructuración de la naviera impulsada por la familia de origen croata es un "aterrizaje" a su realidad, pues ya está claro que no podía ser un jugador mundial con los activos que tenía ni con su estructura pensada para navegar sin un socio con espaldas.
Es que la aspiración de ser un actor global "cueste lo que cueste" le habría salido caro a Vapores, siendo su muestra más evidente los resultados al primer semestre de la empresa, donde registró US$525 millones de pérdida, acumulando, desde 2008 a la fecha, más de US$1.000 millones de números rojos.
"La familia Claro se dio cuenta que en la industria sólo sobrevivirían los grandes, y apostaba a tener una compañía que se mantuviera como un gran operador en el largo plazo, tomando decisiones con una actitud de empresa global, pero que no resultaron. Ahora deberán, primero, enfocarse a ser un jugador regional", opina el experto y asesor en temas marítimos y portuarios, Andrés Rengifo. Visión ratificada por fuentes al interior de la empresa, las que agregan que, además de crecer más de lo que era posible, su estructura centralizada no se adecuaba a la necesidades de la industria. "Este negocio pasa en el mundo y no en Chile, por eso, que CSAV tuviera bajos niveles asociaciones para operar con otras navieras era un error estratégico".
En efecto, a la llegada de los Luksic CSAV operara sólo un 30% de sus servicios en forma conjunta, cifra que llegó al 75% a octubre y se empinaría a un 90% para cerrar el 2011. Con ello, buscan disminuir el número de arriendos necesarios para servir dichas rutas –sólo el 10% de la flota es propia-, administrando unos 77 barcos el próximo año, la mitad de los operados a comienzos del actual ejercicio.
Altos niveles de embarcaciones arrendadas que los deja más expuestos que el resto de la industria –al primer semestre CSAV fue la naviera ubicada dentro de las primeras 20 con mayores pérdidas- y con compromisos financieros que hicieron imperioso inyectar capital que permitiera cubrir deudas que a 12 meses por concepto de arriendo llegan a US$761 millones, cifra que se eleva a US$2.164 millones a cinco años, y a US$2.621 millones en total.
Exposición que pudo ser aminorada. "La Sudamericana, en momentos donde estaba Ricardo Claro, puso órdenes de compra por barcos grandes cuando las navieras estaban en el suelo, consiguiéndolos muy baratos, pero cuando el ciclo marítimo subió, ellos vendieron esas órdenes de compra (…) hicieron la ganancia financiera, pero significó que quedaran con gran número de naves arrendadas, siendo alcanzados los contratos en un ciclo alto de la industria, por lo que los arriendos fueron acordados a un precio elevado", recuerda Rengifo.
El Futuro
En una industria naviera que avizora mejores condiciones para las compañías portacontenedores no antes del 2013, el desempeño de Vapores es incierto, por lo que la búsqueda del socio estratégico para la compañía dentro de los principales operadores del mundo pasaría a ser una prioridad, situación que, dicen en la industria, facilitaría una venta de la empresa a otro operador que quiera aumentar sus volúmenes de carga transferida.
"La Sudamericana está siendo capitalizada y administrada, pero, también, en cualquier minuto puede estar sujeto a una venta cuando exista el interés por una compañía que tiene una posición montada, sobre todo regional (...) así los Luksic podrían, cuando llegue el mejor momento, vender", dice Rengifo.
Esto, en el marco de la inminente toma de control de los Luksic de la empresa, donde, de no suscribir accionistas minoritarios el aumento de capital, se acercarían a cerca del 60% de la propiedad.
Cifras destacadas - 90% de los servicios entregados por CSAV serán operados en forma conjunta con otras navieras.
- US$1.000 millones sería la pérdida de Vapores para 2011.
- US$2.164 millones a cinco años son los compromisos por concepto de arriendos.
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