En 2014, la Dirección del Trabajo recibió 222 acusaciones por este tipo de acciones, mientras que en 2017 la cifra creció a 850. Legisladores de las comisiones de ambas cámaras, que ven esta temática, explican que el incremento se debería a un cambio cultural.
A fines de octubre de 2017 en Estados Unidos se inició el movimiento #MeToo. A través de las redes sociales, las mujeres daban a conocer sus experiencias como víctimas de abuso o acoso sexual, utilizando la frase "Yo También", luego de hacerse conocidas las múltiples denuncias realizadas por profesionales de la industria de Hollywood en contra del productor Harvey Weinstein. Ese mismo año, pero a más de 8.500 kilómetros, en Chile, la Dirección del Trabajador recibió un aumento histórico en las acusaciones por acoso sexual en el trabajo.
En 2014, llegaron al organismo público 222 denuncias por este tipo de acciones, mientras que en 2017 la cifra creció a 850, un aumento del 282%. En la ocasión, aún no eran públicas las acusaciones contra figuras como el director de televisión Herval Abreu y ex presidente del Tribunal Constitucional y profesor de la facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Carlos Carmona.
Al ser consultado por este incremento, integrantes de las comisiones de Trabajo de la Cámara de Diputados y del Senado coinciden en que este se debe a un cambio cultural.
La diputada Alejandra Sepúlveda (Federación Regionalista Verde Social) plantea que hay una mayor conciencia por las implicancias que tiene este tipo de acciones y porque "la mujer hoy día ha cambiado, está empoderada, tiene mucha más información y ve en parte de la propia sociedad un respaldo mucho mayor".
La mujer hoy día ha cambiado, está empoderada, tiene mucha más información y ve en parte de la propia sociedad un respaldo mucho mayor".
Concuerda con esta mirada el diputado Patricio Melero (UDI), también integrante de la instancia. Cree que la mayor cantidad de conocimiento sobre el tema ha influido en el aumento de reclamos, ya que hay "una mayor disposición en hacer valer los derechos". Agrega que como existan más acusaciones públicas, se genera el efecto de "disminuir el temor de las víctimas a denunciar".
"Hay cierto consenso de que este aumento tiene más que ver con que las mujeres hoy se atreven a denunciar y no porque haya aumentado ese tipo de acoso, dado que este problema siempre ha existido", señala el también diputado de la UDI, Guilermo Ramírez.
Desde la comisión de Trabajo de la Cámara Alta, la senadora Adriana Muñoz (PPD)indica que "hay mas conciencia en las mujeres que el acoso sexual en el trabajo es una atentado a su dignidad y una amenaza a su permanencia en el empleo". Añade que se ha "perdido el temor a denunciar por la mayor visibilidad que tiene hoy día la movilización de las mujeres por sus derechos".
Se ha asumido que hay un hecho ilícito donde antes se veía cierta normalidad en las relaciones laborales"
El académico de la Universidad Diego Portales, experto en Derecho del Trabajo, José Luis Ugarte, también apunta a estos factores para explicar este incremento. "Se ha asumido que hay un hecho ilícito donde antes se veía cierta normalidad en las relaciones laborales", dice. Aunque realiza una crítica a la ley que tipifica el acoso laboral, ya que la califica de poco "amigable". Esto, porque, muchas veces "obliga a la víctima a presentar la denuncia a su propio acosador, lo que hace que la ley sea media absurda", indica el abogado.
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