YA HEMOS VISTO OPINIONES DE CHOLAMY AHOARA VAMOS A VER QUE OPINA UN MEDICO Y ADEMÁS EXPERTO Y RECONOCIDO EN EL TEMA:
Criopreservación de embriones humanos
Fernando Zegers H
Ni los 4.000 bebés nacidos en Chile ni los 3 millones de niños y niñas nacidos en el mundo son capaces de generar una reflexión más profunda que evite la agresión intelectual con que se intentan imponer las morales particulares.
Dr. Fernando Zegers h.
La criopreservación embrionaria ha generado una discusión a través de los medios de comunicación que recuerda con mucha similitud lo ocurrido hace unos 20 años, cuando iniciamos la reproducción asistida en Chile. La historia se repite, demostrando que ni los 4.000 bebés nacidos en Chile ni los 3 millones de niños y niñas nacidos en el mundo son capaces de generar una reflexión más profunda que evite la agresión intelectual con que se intentan imponer las morales particulares. Políticos, religiosos y profesionales de diversas especialidades no reparan en usar adjetivos que ofenden a cientos de matrimonios que han recurrido a la tecnología para ser padres y han criopreservado embriones o tienen hijos nacidos luego de aplicar esta tecnología. Como expresión de respeto a esas familias es que he tomado la decisión de escribir esta columna. Lo hago, además, como responsable del Registro Mundial de Reproducción Asistida, fundador de la Red Latinoamericana de Reproducción y uno de los iniciadores de estas tecnologías en Chile.
1.- La criopreservación de óvulos no fecundados, como alternativa a la criopreservación de embriones, ha sido comentada recientemente en "Cartas al director", y es sin duda el camino ideal; se está trabajando intensamente en ello, pero en la actualidad es un procedimiento experimental y da tasas de embarazo menores de 5%, por lo que no forma parte de tratamientos regulares de fecundación asistida.
2.- La criopreservación de embriones es hoy en día la única manera de evitar la multigestación extrema (trillizos, cuatrillizos, etc.), manteniendo oportunidades razonables de que ocurra un embarazo.
3.- La criopreservación de embriones se aplica en Norteamérica, toda Latinoamérica -excepto Costa Rica-, toda Europa, con excepción de Alemania e Italia; todo el Medio Oriente y toda Asia. Anualmente nacen 30.000 a 50.000 bebés de la transferencia de embriones que estuvieron criopreservados. Las tasas de malformaciones y otras alteraciones del desarrollo no son diferentes a los embarazos espontáneos.
4.- En los 53 países que reportan sus datos al registro mundial, la criopreservación embrionaria se aplica por igual en centros privados, en hospitales dependientes de los sistemas nacionales de salud y en centros universitarios. Se aplica indistintamente en universidades con denominaciones cristianas, judías, musulmanas y budistas. Cabe mencionar que universidades católicas en Latinoamérica y Europa tienen programas de criopreservación embrionaria. Especial mención merece el programa de criopreservación embrionaria de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, uno de los sitios de formación de nuestro santo Padre Hurtado.
5.- Los países que desechan embriones criopreservados lo hacen obligados por ley, cuando se sobrepasa un máximo de tiempo establecido por sus leyes. Esa es la situación del Reino Unido y Australia, entre otros. En esos países, las leyes además autorizan la práctica del aborto. La experiencia legal de esos países es particular a ellos y sería un error extrapolar su realidad a la nuestra.
6.- En Chile, las parejas que han criopreservado embriones se han visto obligadas a recurrir a la reproducción asistida para hacer familia. Mujeres y hombres que luego de haber recibido información completa y haber reflexionado profunda y serenamente en relación a riesgos y beneficios, han firmado consentimientos aceptando las regulaciones que nos hemos impuesto. Las regulaciones establecen que ambos progenitores y el médico se comprometen a que los embriones no sean desechados. Que los embriones serán transferidos en su progenitora o en una receptora (pareja infértil), como una forma de adopción temprana. Aún en ausencia de regulaciones legales, en Chile no se desechan ni se manipulan ni se realizan investigaciones en embriones humanos.
La realidad es que a pesar de lo estricto del marco regulatorio impuesto por nosotros, a pesar de la cruda condena pública y de las agresiones recibidas por miembros del Parlamento y jerarquía eclesiástica, sólo 2,8% de un total de 500 parejas entrevistadas en el último año decidió no criopreservar embriones.
No cuesta mucho teorizar sobre el derecho a hacer uso de la tecnología reproductiva cuando se ha tomado como opción de vida no tener hijos, o cuando se han tenido todos los hijos que se quiere tener. Esas personas debieran guardar un respetuoso silencio y aceptar que otros trabajen por lograr lo mismo que a ellos les ha sido regalado.
Si desea comentar esta columna hágalo en el blog de Reportajes en: http://reportajesblog.elmercurio.com/
Criopreservación de embriones humanos
Fernando Zegers H
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Dr. Fernando Zegers h.
La criopreservación embrionaria ha generado una discusión a través de los medios de comunicación que recuerda con mucha similitud lo ocurrido hace unos 20 años, cuando iniciamos la reproducción asistida en Chile. La historia se repite, demostrando que ni los 4.000 bebés nacidos en Chile ni los 3 millones de niños y niñas nacidos en el mundo son capaces de generar una reflexión más profunda que evite la agresión intelectual con que se intentan imponer las morales particulares. Políticos, religiosos y profesionales de diversas especialidades no reparan en usar adjetivos que ofenden a cientos de matrimonios que han recurrido a la tecnología para ser padres y han criopreservado embriones o tienen hijos nacidos luego de aplicar esta tecnología. Como expresión de respeto a esas familias es que he tomado la decisión de escribir esta columna. Lo hago, además, como responsable del Registro Mundial de Reproducción Asistida, fundador de la Red Latinoamericana de Reproducción y uno de los iniciadores de estas tecnologías en Chile.
1.- La criopreservación de óvulos no fecundados, como alternativa a la criopreservación de embriones, ha sido comentada recientemente en "Cartas al director", y es sin duda el camino ideal; se está trabajando intensamente en ello, pero en la actualidad es un procedimiento experimental y da tasas de embarazo menores de 5%, por lo que no forma parte de tratamientos regulares de fecundación asistida.
2.- La criopreservación de embriones es hoy en día la única manera de evitar la multigestación extrema (trillizos, cuatrillizos, etc.), manteniendo oportunidades razonables de que ocurra un embarazo.
3.- La criopreservación de embriones se aplica en Norteamérica, toda Latinoamérica -excepto Costa Rica-, toda Europa, con excepción de Alemania e Italia; todo el Medio Oriente y toda Asia. Anualmente nacen 30.000 a 50.000 bebés de la transferencia de embriones que estuvieron criopreservados. Las tasas de malformaciones y otras alteraciones del desarrollo no son diferentes a los embarazos espontáneos.
4.- En los 53 países que reportan sus datos al registro mundial, la criopreservación embrionaria se aplica por igual en centros privados, en hospitales dependientes de los sistemas nacionales de salud y en centros universitarios. Se aplica indistintamente en universidades con denominaciones cristianas, judías, musulmanas y budistas. Cabe mencionar que universidades católicas en Latinoamérica y Europa tienen programas de criopreservación embrionaria. Especial mención merece el programa de criopreservación embrionaria de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, uno de los sitios de formación de nuestro santo Padre Hurtado.
5.- Los países que desechan embriones criopreservados lo hacen obligados por ley, cuando se sobrepasa un máximo de tiempo establecido por sus leyes. Esa es la situación del Reino Unido y Australia, entre otros. En esos países, las leyes además autorizan la práctica del aborto. La experiencia legal de esos países es particular a ellos y sería un error extrapolar su realidad a la nuestra.
6.- En Chile, las parejas que han criopreservado embriones se han visto obligadas a recurrir a la reproducción asistida para hacer familia. Mujeres y hombres que luego de haber recibido información completa y haber reflexionado profunda y serenamente en relación a riesgos y beneficios, han firmado consentimientos aceptando las regulaciones que nos hemos impuesto. Las regulaciones establecen que ambos progenitores y el médico se comprometen a que los embriones no sean desechados. Que los embriones serán transferidos en su progenitora o en una receptora (pareja infértil), como una forma de adopción temprana. Aún en ausencia de regulaciones legales, en Chile no se desechan ni se manipulan ni se realizan investigaciones en embriones humanos.
La realidad es que a pesar de lo estricto del marco regulatorio impuesto por nosotros, a pesar de la cruda condena pública y de las agresiones recibidas por miembros del Parlamento y jerarquía eclesiástica, sólo 2,8% de un total de 500 parejas entrevistadas en el último año decidió no criopreservar embriones.
No cuesta mucho teorizar sobre el derecho a hacer uso de la tecnología reproductiva cuando se ha tomado como opción de vida no tener hijos, o cuando se han tenido todos los hijos que se quiere tener. Esas personas debieran guardar un respetuoso silencio y aceptar que otros trabajen por lograr lo mismo que a ellos les ha sido regalado.
Si desea comentar esta columna hágalo en el blog de Reportajes en: http://reportajesblog.elmercurio.com/
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