La osadía de Bachelet
Pareciera que la campaña es Bachelet contra Piñera. Guillier ocupa apenas el trasfondo, tironeado por las diferentes izquierdas, mientras el gobierno en pleno se despliega por él. La vocera ha perdido hasta el recato.
Pero lo que indigna son las apreciaciones de la Mandataria. Ha tenido la osadía de advertir sobre las promesas electorales y llama "a prometer solo lo que uno sabe que va a cumplir" como si ella alguna vez lo hubiese hecho. La posverdad ya es algo que indigna. Permítanme recordar algunas de sus promesas sacadas de su "programa".
Partamos por lo emblemático: "Más y mejores empleos". La triste verdad es que hubo menos y precarios casi todos, salvo los 150.000 nuevos funcionarios públicos innecesarios. Así prometió: "Recuperaremos la senda de la responsabilidad fiscal", para el "déficit heredado de 1%, haremos reforma tributaria para equilibrarlo". Ofreció llegar a 0% de déficit estructural para el Presupuesto del 2018, lo que ciertamente no ocurrió. La triste verdad es que nunca fue mayor el déficit fiscal y la deuda pública.
Nos dijo "Existen estudios para Chile que dicen que aumento de impuestos a la renta no afecta la inversión"; por cierto ocurrió al revés y tuvo que remover al ministro delirante. Fue más lejos, prometió que "aumentaremos la productividad al 0,5% por año, y en forma sostenida aumentando inversión en ciencia y tecnología". Todo era mentira. La productividad cayó como nunca año tras año. Y señaló: "A partir del 2015 retomamos la senda sostenida de crecimiento, y éste será 5%". Pues bien, hemos tenido el más bajo crecimiento desde hace 35 años.
Ofreció "trato preferente para las pymes", "un nuevo trato para el empleo público". Prometió que "avanzaremos en el desarrollo de grandes embalses en diferentes regiones". Dijo que "se invertirán US$ 4.000 millones en infraestructura de salud".
También ofreció una "promoción decidida de investigación científica", y tuvimos de manera inédita a científicos protestando frente a La Moneda. Peor aún, en este último presupuesto rebajó los recursos para esos fines. Todo era mentira. Dijo que "crearemos el Código de Infancia", y también "crearemos un programa de generación de espacios urbanos para la infancia". Lo ocurrido en el Sename, que es la primera prioridad ética, no tuvo nombre, y recibió en marzo del 2014 el primer informe de la Cámara que era alarmante.
Nos ofreció "la creación de 15 centros pilotos de atención para Alzheimer", y al parecer se le olvidó. También prometió que "desarrollaremos olimpiadas escolares y educación superior", iniciativa que comparto, pero nada ocurrió. Aunque parezca una broma de mal gusto, nos dijo "TVN debe desarrollar al menos dos frecuencias gratuitas abiertas adicionales", y "haremos que TVN se transforme en un actor relevante en el empuje de la digitalización". Lo cierto es que vimos la peor gestión y farra que ha tenido el canal, y se le inyectaron fondos para no quebrar, por cierto sin que nadie asumiera tal responsabilidad. De igual forma, señaló que "mejoraremos la calidad del servicio del transporte público (tiempo, seguridad, limpieza, información)". El Transantiago, que ella misma implementó, sigue siendo malo y la evasión compromete recursos enormes que contrastan con la oferta de cero costo. Lo mismo ocurrió con el aumento de parlamentarios que finalmente tiene un enorme costo para las finanzas públicas.
Y para rematar, aseveró que "todos los establecimientos educacionales deberán ser de excelencia", y ya sabemos que partió sacándole los patines a los mejores, destrozó la educación de establecimientos emblemáticos, y la gratuidad genera bajas de calidad, pues provoca enormes déficits en las universidades que la adoptaron.
De verdad irritan los dichos de Bachelet. Vive en otro planeta. Guillier dice ser el continuador de esta lógica. Juzgue usted y sea responsable.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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Santiago- Chile
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