El  diario falso de Hitler 25 años después
 Portada  de la revista Stern del 25 de abril de 1983.
 
El  diario de Hitler, anunciado como una sensación histórica hace 25 años, se  convirtió en un duro golpe al semanario Stern, que perdió millones y prestigio,  al confirmarse que era falso. Sigue guardado en  Hamburgo.
El  25 de Abril de 1983, el semanario alemán Stern anunció en su portada haber  hallado el diario personal de Adolf Hitler, mismo que sería publicado  en sucesivas entregas. "La biografía de Hitler tendrá que ser escrita de nuevo y  con ella la historia del Estado nazi", aseguró la revista en su comentario  editorial de ese número.
Unos  días después la redacción del semanario y la editorial Grüner und Jahr, que  financió la compra del diario, presentó 60 tomos, atados por docenas, en una  conferencia de prensa a la que habían acudido reporteros del mundo entero. Los  cuadernos tamaño carta, forrados de piel, tenían el águila imperial dorada y la  svástica al lado de las iniciales FH. ¿Por qué no eran las letras AF, de Adolf  Hitler? Estas iniciales que inicialmente se pensó significaban Führer Hitler,  fueron el primer indicio ignorado por el reportero Gerd Heidemann, quien hizo el  "descubrimiento" del diario.
Olfato  periodístico  Gerd  Heidemann muestra uno de los diarios de Hitler, ante  reporteros.
Heidemann,  un premiado reportero de la revista con sede en Hamburgo, famoso por su  olfato periodístico y sus reportajes gráficos, era también un fanático  coleccionista de "reliquias" del Tercer Reich. Se había endeudado al comprar el  yate de Herman Göring, Carin II, que tenía pensado restaurar y  vender a algún coleccionista estadounidense. 
Heidemann  había recibido los diarios de un oscuro personaje, Konrad Kujau, supuestamente  anticuario especializado en "reliquias" nazis con sede en Stuttgart, quien  afirmaba que los tomos habían sido rescatados tras un accidente aéreo ocurrido  en Sajonia, este de Alemania, el 21 de abril de 1945. En sus investigaciones  Heidemann incluso encontró la tumba del piloto y restos del avión siniestrado  que llevó a Hamburgo, donde fueron guardados en una gigantesca caja fuerte  comprada para tal propósito por el semanario.
En  un primer paso la revista Stern compró tres tomos por 120.000 marcos alemanes.  Posteriormente la dirección editorial decidió adquirir otros 59 tomos por más de  9,3 millones de marcos alemanes, equivalentes a 4,8 millones de euros. Heidemann  llevaba el dinero envuelto en bolsas de plástico a Kujau, que le daba a veces  uno, a veces varios tomos. "Le llamaba yo a Stuttgart o me llamaba él a Hamburgo  y me decía: . A veces llevaba yo 900.000 marcos en efectivo para unos tres  o cuatro libros pero Kujau tenía sólo uno", relata Heidemann, entre tanto de 76  años de edad, en una entrevista con el diario Berliner  Zeitung.
 Konrad  Kujau, quien se hizo famoso falsificando los diarios de  Hitler.
 
El  plan secreto "Grünes Gewölbe"
Para  evitar que el proyecto trascendiera a otros medios nacionales e internacionales,  la revista decidió guardar absoluto secreto. Sólo unos cuantos estaban enterados  del "Grünes Gewölbe" (Bóveda verde) como se bautizó el plan  internamente. Después de que los historiadores de la revista confirmaran la  autenticidad de los libros, se prescindió de su autentificación por parte de  otras fuentes. Poco antes de la publicación se informó al redactor en jefe Peter  Koch, quien fue el primero en manifestar dudas sobre la autenticidad de los  diarios. 
Expertos  de Estados Unidos y de Suiza pidieron documentos con la escritura del  dcitador de la década de los 40, para compararla con la de los  diarios. Y eso no lo tenía el archivo de Stern. Heidemann preguntó a Kujau si  tenía algo y Kujau por supuesto que lo tenía. Así fue como los peritos  compararon la escritura de dos documentos que provenían de la misma fuente,  probablemente de la misma mano. Hasta que un peritaje realizado por  expertos de la Policía Criminalística confirmaron que el papel, la tinta y la  goma no podían ser de una fecha anterior a 1945.
 
"Sigo  padeciendo insomnio" Los  diarios fueron falsificados a tiempos forzados.
Aún  así dos tomos fueron publicados que dan testimonio de la fértil imaginación de  Kujau. En el primer tomo reconstruye historias de mujeres en las que involucra  al lugarteniente de Hitler, Josef Goebbels, escribe cómo el dictador prohíbe a  sus colaboradores ese tipo de amoríos por decreto y su secreta adicción a  tabletas. "Sigo padeciendo de insomnio, y los trastornos digestivos han  empeorado", escribe Hitler (Kujau). En el segundo tomo aborda el viaje a  Inglaterra de su vicecanciller, Rudolf Hess. El contenido del resto de los  tomos, que se encuentran resguardados en el sótano de la sede de Stern en  Hamburgo, se desconoce.
Stern  suspendió la publicación de los diarios, pero no logró evitar un descalabro en  su credibilidad que se tradujo en un desplome de sus ventas y despectivos  apelativos entre los medios y la población alemana.  Kujau y Heidemann  fueron condenados en 1985 a más de cuatro años de prisión acusados de fraude.  Kujau murió de cáncer en el 2000 mientras que Heidemann vive de ayuda social en  Hamburgo. Hasta el día de hoy Heidemann afirma haber sido engañado e insiste en  haber entregado hasta el último centavo de los millones a Kujau, aunque éste  reconoció haber recibido sólo una parte.
 
Eva  Usi
 
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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