La situación tiene su gracia: llego a Alicante, a donde volaba para dar una charla en la Confederación Regional de Organizaciones Empresariales de Murcia (CROEM), y me recoge en el aeropuerto un taxista enviado por la organización, Silverio. En la conversación me pregunta que de qué va mi charla, y le comento que hablo de cosas relacionadas con la tecnología y sus efectos sobre las personas y las empresas, para inmediatamente contestarme que a él ese tema le gusta, porque quién le iba a decir a él hace unos años que iba a conseguir clientes a través de su página web Obviamente, con media hora de viaje por delante y una historia como esa, la conversación no se podía quedar ahí.
Silverio es un ejemplo bonito de cómo una actividad teóricamente low-tech se adapta a los tiempos que corren. Digo "teóricamente" low-tech porque el taxi de Silverio, y la mayoría de los taxis que veo últimamente, son una especie de SIMO con ruedas: entre el GPS, el taxímetro con cada vez más funciones, la radio y los paneles integrados de instrumentación del coche, aquello parece más una estación de seguimiento de satélites o algún tipo de unidad operativa de combate que un simple taxi para ir de un lado a otro. Si añadimos a esto que muchos taxistas, como hacemos todos, buscan música, descargan planos para el GPS, leen el periódico y hacen mil cosas más en la red, lo normal es que el caso de Silverio empiece a ser cada vez más norma que excepción.
Lo que hizo Silverio hace algunos años fue darse cuenta de que "eso de los buscadores" era un sitio en el que había que estar. Que eso lo usaba mucha gente y que, como me decía completamente lleno de razón, "si alguien busca las palabras 'taxi' y 'Murcia', pues va a ser que lo que necesita es un taxi en Murcia". Así que se compró un dominio cortito y majo, mitaxi.net, y encargó una página web, que le hicieron "a la usanza de hace unos años": toda en Flash, con menús que hacen ruidito al pasar el ratón y que despliegan las diferentes opciones. En ella puso lo que un profesional inteligente entiende que hay que poner: una presentación de sus servicios, fotos de su impecable coche, su teléfono bien visible en medio de la pantalla, y un formulario de presupuestos. Tras un tiempo, al ver que su posición en los buscadores no era demasiado buena es lo que tiene el Flash, claro decidió probar las Adwords de Google: suele estar en la primera posición del destacado superior al buscar 'taxi' y 'Murcia'. Y le funciona. Es decir, en sus palabras, no es una cosa impresionante, pero es un canal por el que entran pedidos habitualmente, y por el que además ha captado algunos clientes repetitivos que con tan solo uno de ellos, amortiza bien a gusto el coste de todo el despliegue.
Por supuesto, me hice un pedacito de la presentación con el caso de Silverio, y aproveché para contarlo en la CROEM. Me pareció una buena manera de contar cómo no hace falta ser un ingeniero de cohetes ni estudiar muchísimo para empezar a usar Internet, y que la cosa puede funcionar para una empresa de miles de trabajadores, o para un autónomo con su taxi. Que tomar alguna decisión mala en un momento dado, como la de usar Flash, no impide que le saques partido al tema, y sí se pueden convertir en parte de un proceso de aprendizaje. El ejemplo de Silverio me dio para hablar tanto con él en el taxi como posteriormente con la audiencia sobre diseño web, posicionamiento, publicidad, y hasta de competencia, y para salirme de los típicos ejemplos de siempre a la hora de hablar de estas cosas.
Disclaimer: obviamente, ninguno :-)
Rodrigo González Fernández
DIOPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIENTO DE LA ONU
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