Reflexiones del ciudadano perplejo. Los últimos casos de corrupción, las guerras de poder y la injerencia de la política en el estamento judicial añaden leña al descrédito de la función pública y acentúan el desapego de los ciudadanos respecto a sus representantes en las instituciones. ¿Se trata de falta de liderazgo, escepticismo o ausencia crónica de exigencia de la ciudadanía?
- P. Maurell | D. S. Caballero
- Si fueran un producto de consumo, serían el peor negocio del siglo.
- Los políticos no convencen.
La corrupción, la crisis de liderazgo, el intervencionismo del poder político en los estamentos judiciales y en intereses privados -la pugna en Caja Madrid sería el ejemplo más reciente- y la desconexión con el ciudadano podrían ser algunas de las causas de este desencanto que se reproduce ya no sólo en España sino en otros países europeos, como afirma el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid y ex presidsente del CIS Fernando Vallespín. "Se llama desapego" y afecta a todas las democracias avanzadas, aunque en España "nos toca más por historia y cultura política".
Más duro es el analista político, periodista y ex diputado del Partido Popular Manuel Milián Mestre, para quien la situación de la política actual es un "ejercicio de inmoralidad notable". Los políticos "usufructúan" el poder soberano del pueblo, es decir, "secuestran al ciudadano y hacen lo que les da la gana", o lo que dictan las encuestas de opinión.
Ala falta de escrúpulos que denuncia Milián Mestre se añade "el divorcio real entre el político y el ciudadano que no siente que se atienda su opinión". Y en este sentido, para este analista, los pecados de la política actual pasarían por "la falta de una idea de lo que es la sociedad, el bien común y el servicio público", ausencia de "liderazgo intelectual, social y político", y carencia de democracia interna en los partidos. Además de la escasa trasparencia en la financiación de los partidos.
El cóctel de toda esta mezcla se manifiesta en las encuestas, que suspenden a todos los ministros del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Tanto es así, que el más valorado en el último barómetro del CIS, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se quedaba en un insuficiente 4,99. Tampoco el principal grupo de la oposición lograba el suficiente, inmerso en una guerra interna por Caja Madrid y en medio del escándalo por el caso de corrupción Gürtel.
Para el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid José Álvarez Junco se trata de la evolución democrática. "Antes, la democracia se presentaba como un proyecto interesantísimo por el que la gente estaba dispuesta a dar la vida incluso", afirma el catedrático, quien recuerda que "ahora no hay un proyecto político conjunto ni en España ni en otro país europeo".
Fernando Vallespín coincide con Álvarez Junco cuando afirma que la deriva política es fruto de una cuestión más amplia, o menos terrenal. Para él, el problema es que el ciudadano ya no confía en la política como una herramienta de trasnformación, "el político ha perdido el control sobre la sociedad, y ésta ve la política como un mal necesario". Y eso es así por- que, al hilo de Vallespín, Álvarez Junco reflexiona: "No hay proyectos ilusionantes, se ha llegado a un consenso en los principios básicos en política y en economía". O lo que es lo mismo, en las diferencias estaba la diversión, y la globalización provoca que el problema de uno sea el del grupo, y un movimiento genere una reacción de dominó.
Y sin embargo, el descrédito de la política y su crisis, ¿es sólo culpa de los políticos? No, a juicio de Vallespín, que pide una mayor implicación del ciudadano en la cosa pública, porque "si la gente se implicara más tendríamos mejores políticos". Y es que "no sirve de nada rasgarse las vestiduras, debemos ser exigentes".
En definitiva, la solución, a juicio de Manuel Milián, "sería el imprescindible rearme ético y moral de la política y de los partidos".
LOS PROBLEMAS
Corrupción
Un problema de todos los partidos
La corrupción es un problema global de la política, sostienen los expertos. Y peligroso, porque no tiene ideología y su sombra se extiende como una mancha de aceite sin distinguir corruptos de honrados. "La inmensa mayoría de los políticos es honrada, pero se generaliza la idea de que uno está en política para satisfacer unos intereses", explica Vallespín, "y aumenta la desconfianza". También afecta al voto de una manera general, más allá de un partido, según Manuel Milián Mestre. "Faltan ofertas alternativas, lo que favorece la omisión de los ciudadanos. Si un partido denunciara y se comprometiera a luchar contra la corrupción, barrería", sostiene.
Álvarez Junco introduce un matiz. "El problema no es específicamente español, aunque haya aquí una característica singular que es que no está resuelta la financiación de los partidos", explica. Las formaciones necesitan mucho dinero para publicitarse, y por ahí aparecen los casos de corrupción. "Afecta a todos", afirma rotundo, aunque desliza un ejemplo más específico: "Es una de las razones que tiene maniatado a [el presidente del PP Mariano] Rajoy" en el caso Gürtel, apunta.
Falta de liderazgo
Un suspenso para todos
El liderazgo político está por los suelos, y se refleja en la percepción que tienen los ciudadanos, con cota de rechazo de entre el 60 % y el 70 % para Zapatero y Rajoy. Pero la situación es especialmente mala en el PP por aquello de que está en la oposición. "pese a que difícilmente lo tendrá más fácil para ganar", explica Álvarez Junco, "el partido está hecho un desastre, con un líder de poca calidad nombrado [a dedo] por el anterior jefe del partido [José María Aznar]. Debería cambiar de líder para ganar". No le va mucho mejor al Gobierno. "Zapatero ha decepcionado. Parecía que tenía un programa renovador y modernizador de la sociedad pero ha perdido impulso", sostiene. Con la mala percepción que la ciudadanía tiene de su gestión de la crisis, no ir perdiendo por goleada parece bastante indicativo, según los expertos.
Sin embargo, los politólogos no creen que el problema sea sólo español. "Se echa de menos el liderazgo de los grandes líderes, aquí y en otros países de Europa", sostiene Vallespín. "En el mundo del espectáculo en el que vivimos se convierte en político el que genera más espectáculo", más allá de su calidad como político, añade Álvarez Junco.
Desconexión con la sociedad
Vivir pendiente de las encuestas
Vallespín y Álvarez Junco coinciden en el diagnóstico de por qué los políticos parecen cada vez más alejados del ciudadano: "Se gobierna siguiendo las encuestas y se asumen pocos riesgos", sostienen. Y, a pesar de eso, el liderazgo político está por los suelos. "La ciudadanía percibe que el político está más interesado en los despojos que genera ser político [tener un coche oficial, etc.] que en los intereses generales", argumenta el ex presidente del CIS, "y esto provoca la alienación de la gente respecto al político".
A este modus operandi Millán Mestre añade "una lamentable ley electoral, obsoleta", que permite los cambios de poder contrarios a la voluntad popular mediante transfuguismo o mociones de censura que afectan por igual a PP y PSOE, el último caso sonoro en Benidorm, donde ediles socialistas (a los que el partido expulsó) arrebataron la alcaldía al PP gracias a un tránsfuga. También "fallan los escrúpulos, las correas de traslación de la voluntad del pueblo a los líderes y los partidos", añade. Vallespín coincide: "La gente percibe que los políticos no pueden hacer grandes cosas", y se amplía la brecha entre unos y otros.
Intervencionismo
De la Justicia a Caja Madrid
El axioma de que todo en la vida es política parece literal en España. El último ejemplo es Caja Madrid, donde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, pelea con Mariano Rajoy y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, por colocar a un presidente de su confianza. Pero es el último, no el único. Alfons López Tena, vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) entre 2001 y 2008 conoce este ámbito. "El CGPJ, de donde salen los nombramientos de los cargos principales y ascensos en la carrera judicial, se lo reparten PP y PSOE por un puro sistema de cuotas", explica."Falta imparcialidad, y aunque no afecta a los asuntos de cada día, sí a temas que tienen relevancia pública", se lamenta. ¿Y a dónde conduce esta situación? "Los indicadores internacionales sobre la Justicia española están por debajo de Togo, Nepal y Costa Rica".
Álvarez Junco compara el nivel de dependencia de la política con el de EE UU. Un ejemplo entre muchos: "Aquí los cineastas sólo quieren subvenciones del Estado. Allí no reciben un duro ni hay Ministerio de Cultura. Pero producen más y, gustará más o menos, pero marcan el camino".
VISTO DESDE LAS AULAS
«Debería haber más mecanismos de participación directa para involucrar más al ciudadano»
Nadine Clemente
Ade. Universitat Pompeu Fabra. Barcelona
«Se necesitaría un representante más joven y visible que gestionase nuestros asuntos
David Bueno
Comunicación Audiovisual. Universidad Rey Juan Carlos. Madrid
Sólo se dedican a desacreditarse entre ellos en vez de evitar los conflictos y resolver problemas»
David Mosquera
Publicidad y Relaciones Públicas. URJC. Madrid
«Pierden más el tiempo criticando lo que hace el otro que solucionando los obstáculos de verdad»
Esmeralda Pérez
Periodismo Y Comunicación Audiovisual. URJC. Madrid
«El debate político está desvinculado de los temas que preocupan a la mayoría de la población»
Helena Martínez
Ciencias Políticas. UPF. Barcelona
«Nunca cumplen las propuestas que hacen durante las elecciones ni proponen iniciativas seguras a los jóvenes»
Raquel González
Periodismo. URJC. Madrid
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
Diplomado en Gestión del Conocimiento de la ONU
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SANTIAGO CHILE
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