Liderando la revolución |
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31-08-2004 Gary Hamel irrumpe de nuevo en el planeta empresarial, esta vez sin la compañía del C.K. Prahalad como en "Competing for the future" (1994), y lo hace de una manera espectacular y hasta arrolladora. Porque en el frontispicio de esta obra, "Leading the revolution" (H.B.S.P., 2000), confiesa paladinamente que sus héroes ya no son los gurús acreditados de la gestión -y entre los preteridos incluye, Dios le perdone, a P. Drucker- sino los creadores, los inventores, al estilo de lo que hicieron con la calidad J. Duran y W.E. Deming. Gary Hamel irrumpe de nuevo en el planeta empresarial, esta vez sin la compañía del C.K. Prahalad como en "Competing for the future" (1994), y lo hace de una manera espectacular y hasta arrolladora. Porque en el frontispicio de esta obra, "Leading the revolution" (H.B.S.P., 2000), confiesa paladinamente que sus héroes ya no son los gurús acreditados de la gestión -y entre los preteridos incluye, Dios le perdone, a P. Drucker- sino los creadores, los inventores, al estilo de lo que hicieron con la calidad J. Duran y W.E. Deming. Y, atribuyéndose a sí mismo tal condición, –no está escaso de autoestima-, penetra decididamente, en esta recientísima obra en la definición y desarrollo de nuevos conceptos y modelos empresariales como elemento esencial de esta era de la revolución, superadora de la del progreso. Tales teorías estaban ya en "Competing for the future", donde sus autores daban por finiquitadas las políticas de denominador –reingeniería, downsizing, calidad- y anunciaban la necesidad de atacar el numerador (estrategias de clientes, productos, mercados). Lo que ahora predica G. Hamel se orienta en la misma dirección pero supone un cambio cualitativo: no basta con innovar en productos o en mercados, es necesario crear "ex novo" el modelo empresarial de forma radical y sistemática, y para ello arrumbar las ideas viejas (" la costumbre es el enemigo"), destruir los genes constitutivos y construir una nueva empresa, encendiendo para ello la llama de la revolución y dejando a los competidores en la miseria. Acabo de leer en la introducción de una conferencia sobre gestión de recursos humanos que Darwin tenía razón. Pues bien, Hamel no está de acuerdo. La teoría darwinista hablaba de evolución y ahora la palabra es revolución. El grueso de los abundantes ejemplos que ilustran el análisis se refiere a empresas de la nueva economía, pero las conclusiones son aplicables a cualquier sector o actividad, no hay refugios ni escapatoria. Seas león o gacela cuando el sol salga tienes que estar corriendo. El autor no nos deja en el desamparo del todo, sino que añade una buena guía, muy elaborada, sobre los pasos que hay que dar para empezar a correr y entre ellos aparecen algunos viejos conocidos como, por ejemplo, la misión empresarial (hay que tener una "causa", no un negocio), las competencias-clave, e incluso, aunque algo escondidos, los valores (p. 137). Creo que G. Hamel ha satisfecho las expectativas que su práctica profesional y sus elaboraciones teóricas habían anunciado en los últimos años y se confirma como un referente imprescindible de la nueva economía y dirección empresarial. Pero, aunque él lo niegue, en el telón de fondo del escenario o, mejor, en el trasluz del tejido, no Entremos, pues, con paso firme y de la mano de nuestro guía G. Hamel en la era de la revolución. Suerte a todos. Alberto Fernández Caveda |
Liderando la revolución |
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31-08-2004 Gary Hamel irrumpe de nuevo en el planeta empresarial, esta vez sin la compañía del C.K. Prahalad como en "Competing for the future" (1994), y lo hace de una manera espectacular y hasta arrolladora. Porque en el frontispicio de esta obra, "Leading the revolution" (H.B.S.P., 2000), confiesa paladinamente que sus héroes ya no son los gurús acreditados de la gestión -y entre los preteridos incluye, Dios le perdone, a P. Drucker- sino los creadores, los inventores, al estilo de lo que hicieron con la calidad J. Duran y W.E. Deming. Gary Hamel irrumpe de nuevo en el planeta empresarial, esta vez sin la compañía del C.K. Prahalad como en "Competing for the future" (1994), y lo hace de una manera espectacular y hasta arrolladora. Porque en el frontispicio de esta obra, "Leading the revolution" (H.B.S.P., 2000), confiesa paladinamente que sus héroes ya no son los gurús acreditados de la gestión -y entre los preteridos incluye, Dios le perdone, a P. Drucker- sino los creadores, los inventores, al estilo de lo que hicieron con la calidad J. Duran y W.E. Deming. Y, atribuyéndose a sí mismo tal condición, –no está escaso de autoestima-, penetra decididamente, en esta recientísima obra en la definición y desarrollo de nuevos conceptos y modelos empresariales como elemento esencial de esta era de la revolución, superadora de la del progreso. Tales teorías estaban ya en "Competing for the future", donde sus autores daban por finiquitadas las políticas de denominador –reingeniería, downsizing, calidad- y anunciaban la necesidad de atacar el numerador (estrategias de clientes, productos, mercados). Lo que ahora predica G. Hamel se orienta en la misma dirección pero supone un cambio cualitativo: no basta con innovar en productos o en mercados, es necesario crear "ex novo" el modelo empresarial de forma radical y sistemática, y para ello arrumbar las ideas viejas (" la costumbre es el enemigo"), destruir los genes constitutivos y construir una nueva empresa, encendiendo para ello la llama de la revolución y dejando a los competidores en la miseria. Acabo de leer en la introducción de una conferencia sobre gestión de recursos humanos que Darwin tenía razón. Pues bien, Hamel no está de acuerdo. La teoría darwinista hablaba de evolución y ahora la palabra es revolución. El grueso de los abundantes ejemplos que ilustran el análisis se refiere a empresas de la nueva economía, pero las conclusiones son aplicables a cualquier sector o actividad, no hay refugios ni escapatoria. Seas león o gacela cuando el sol salga tienes que estar corriendo. El autor no nos deja en el desamparo del todo, sino que añade una buena guía, muy elaborada, sobre los pasos que hay que dar para empezar a correr y entre ellos aparecen algunos viejos conocidos como, por ejemplo, la misión empresarial (hay que tener una "causa", no un negocio), las competencias-clave, e incluso, aunque algo escondidos, los valores (p. 137). Creo que G. Hamel ha satisfecho las expectativas que su práctica profesional y sus elaboraciones teóricas habían anunciado en los últimos años y se confirma como un referente imprescindible de la nueva economía y dirección empresarial. Pero, aunque él lo niegue, en el telón de fondo del escenario o, mejor, en el trasluz del tejido, no Entremos, pues, con paso firme y de la mano de nuestro guía G. Hamel en la era de la revolución. Suerte a todos. Alberto Fernández Caveda |
GAREY HAMEL PARA LOS POSGRADOS
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Gary Hamel irrumpe de nuevo en el planeta empresarial, esta vez sin la compañía del C.K. Prahalad como en "Competing for the future" (1994), y lo hace de una manera espectacular y hasta arrolladora. Porque en el frontispicio de esta obra, "Leading the revolution" (H.B.S.P., 2000), confiesa paladinamente que sus héroes ya no son los gurús acreditados de la gestión -y entre los preteridos incluye, Dios le perdone, a P. Drucker- sino los creadores, los inventores, al estilo de lo que hicieron con la calidad J. Duran y W.E. Deming. Gary Hamel irrumpe de nuevo en el planeta empresarial, esta vez sin la compañía del C.K. Prahalad como en "Competing for the future" (1994), y lo hace de una manera espectacular y hasta arrolladora. Porque en el frontispicio de esta obra, "Leading the revolution" (H.B.S.P., 2000), confiesa paladinamente que sus héroes ya no son los gurús acreditados de la gestión -y entre los preteridos incluye, Dios le perdone, a P. Drucker- sino los creadores, los inventores, al estilo de lo que hicieron con la calidad J. Duran y W.E. Deming. Y, atribuyéndose a sí mismo tal condición, –no está escaso de autoestima-, penetra decididamente, en esta recientísima obra en la definición y desarrollo de nuevos conceptos y modelos empresariales como elemento esencial de esta era de la revolución, superadora de la del progreso. Tales teorías estaban ya en "Competing for the future", donde sus autores daban por finiquitadas las políticas de denominador –reingeniería, downsizing, calidad- y anunciaban la necesidad de atacar el numerador (estrategias de clientes, productos, mercados). Lo que ahora predica G. Hamel se orienta en la misma dirección pero supone un cambio cualitativo: no basta con innovar en productos o en mercados, es necesario crear "ex novo" el modelo empresarial de forma radical y sistemática, y para ello arrumbar las ideas viejas (" la costumbre es el enemigo"), destruir los genes constitutivos y construir una nueva empresa, encendiendo para ello la llama de la revolución y dejando a los competidores en la miseria. Acabo de leer en la introducción de una conferencia sobre gestión de recursos humanos que Darwin tenía razón. Pues bien, Hamel no está de acuerdo. La teoría darwinista hablaba de evolución y ahora la palabra es revolución. El grueso de los abundantes ejemplos que ilustran el análisis se refiere a empresas de la nueva economía, pero las conclusiones son aplicables a cualquier sector o actividad, no hay refugios ni escapatoria. Seas león o gacela cuando el sol salga tienes que estar corriendo. El autor no nos deja en el desamparo del todo, sino que añade una buena guía, muy elaborada, sobre los pasos que hay que dar para empezar a correr y entre ellos aparecen algunos viejos conocidos como, por ejemplo, la misión empresarial (hay que tener una "causa", no un negocio), las competencias-clave, e incluso, aunque algo escondidos, los valores (p. 137). Creo que G. Hamel ha satisfecho las expectativas que su práctica profesional y sus elaboraciones teóricas habían anunciado en los últimos años y se confirma como un referente imprescindible de la nueva economía y dirección empresarial. Pero, aunque él lo niegue, en el telón de fondo del escenario o, mejor, en el trasluz del tejido, no Entremos, pues, con paso firme y de la mano de nuestro guía G. Hamel en la era de la revolución. Suerte a todos. Alberto Fernández Caveda |
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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Santiago- Chile
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