Toma buena nota de estos consejos y evitarás, sin esfuerzo y sin dejar de disfrutar, que tu salud y tu figura se resientan en vacaciones.
Las recomendaciones más sencillas como las que nos ofrece 
Nutrición Center, empresa de referencia en el sector de la nutrición en farmacias, son con frecuencia las más eficaces para que a la vuelta de 
Semana Santa la báscula no nos sorprenda con unos kilitos de más y el espejo nos devuelva la imagen esbelta y saludable con la que nos sentimos bien por dentro y por fuera.
Y es que nadie sabe los motivos que nos llevan a descontrolar en materia de alimentación cuando estamos de 
vacaciones: acabamos las reservas de los buffets cuando en casa no comemos ni la mitad de comida, nos empeñamos en probar todos los platos típicos del lugar donde estamos aunque nuestro estómago no deje de protestar, y nos cargamos la mochila con una amplia variedad de 
tentempiés por si nos baja el azúcar entre tanta excursión. Por no hablar de las 
torrijas, tan típicas en estas fechas.
No se trata de pasar todas las 
vacaciones pensando en las 
calorías ni pasando 
hambre, sino de
 buscar el equilibrio y compensar.
Toma buena nota de estos consejos y evitarás, sin esfuerzo y sin dejar de disfrutar, que tu salud y tu figura se resientan en 
vacaciones:
	1. Intenta comer de forma saludable
Sabemos que estamos de 
vacaciones y que "un día es un día", pero aunque sea difícil controlarse, cabe recordar que 
también hay platos saludables en las cartas de los restaurantes.
	2. No comas como si fuera a acabarse el mundo
A veces porque no sabemos como son las raciones de los restaurantes o porque simplemente tenemos 
apetito, nos pasamos pidiendo comida y luego nos vemos obligados a terminarlo todo. Es mejor 
ser comedidos y si tenemos más 
hambre estamos a tiempo de pedir algo más.
	3. Compensar
Si sabemos que vamos a hacer una comida copiosa, podemos alternar con una cena ligera o viceversa.
 	4. No te saltes comidas
Hay que hacer cinco comidas al día y es preferible compensarlas entre sí antes que saltárselas, porque de esta forma, conseguimos el efecto contrario: nuestro cuerpo se vuelve ahorrativo porque no sabe cuánto tiempo pasará hasta que vuelva a recibir comida.
 	5. ¡Actívate!
Todos sabemos que el aburrimiento nos abre el 
apetito y cuando estamos toda una mañana tumbados al sol en la playa tenemos mucha 
hambre. Por eso, 
conviene tener algo de actividad, si estamos en la playa podemos disfrutar de un paseo, nadar, jugar a las palas, etc, en lugar de permanecer en la toalla.
	6. Come abundante fruta
Sobre todo a media mañana y en la 
merienda y sin prescindir de la piel. También es un buen truco 
tomar una pieza de fruta y un vaso de agua antes de comer, para no llegar con demasiado 
apetito a la mesa.
	7. Bebe agua
Empieza el calor, nos movemos de un sitio a otro para conocer la ciudad y nuestro cuerpo se deshidrata, por lo que debemos ir siempre acompañados de una botella de agua y beber frecuentemente.
 	8. Apuesta por los alimentos depurativos
Infusiones, espárragos, alcachofas o calabacines, te ayudarán a evitar la temida 
retención de líquidos y a 
depurar tu organismo.
	9. Aprovecha para moverte
Estamos de 
vacaciones y no tenemos estrés ni prisas, así que ¿por qué no ir a los sitios caminando o subir las escaleras en lugar de usar el ascensor?
	10. Relájate
Parece que este punto es una obviedad porque estamos de 
vacaciones, pero muchas personas sienten 
ansiedad porque no están trabajando o porque en breve tienen que volver a la rutina, y la 
ansiedad provoca un 
apetito desmesurado, especialmente por alimentos 
dulces. Así que 
¡a desconectar y disfrutar de los días libres! 
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