"Apostamos por una gestión integrada, poniendo la sustentabilidad en el corazón del negocio"
¿Cuáles han sido sus principales prácticas sustentables en los últimos años? y a grandes rasgos ¿cuál es su situación actual?
El gran desafío para Bolívar es cómo ser sustentable en un sector que se caracteriza por una alta atomización (las micro y pequeñas empresas representan el 91%) y una baja profesionalización de la gestión, resultado de la tendencia histórica de conductores que devienen en operadores de transporte de carga. En nuestro caso, apostamos por una gestión integrada, poniendo la sustentabilidad en el corazón del negocio.
De acuerdo con esta visión, al año de iniciar nuestras operaciones implementamos la ISO 9.001. Dos años después, en 2008 nos certificamos con la ISO 14.001 y la OHSAS 18.001. Y en 2011 medimos y neutralizamos nuestra huella de carbono, convirtiéndonos en la primera empresa de transporte de carga certificada carbono neutral en Chile y América Latina. Ese mismo año nos incorporamos a Acción RSE, siendo los primeros de nuestra industria. En 2012 adherimos a los diez principios de Pacto Global de Naciones Unidas, liderando una vez más las prácticas del sector. Y en 2013 elaboramos nuestro primer reporte de sustentabilidad, siendo una de las 80 empresas que reportan su desempeño económico, social y medioambiental, entre las más de 800.000 empresas que operan actualmente en nuestro país.
¿Nos podrías contar alguna buena práctica sustentable que estén llevando a cabo en este momento?
En estos momentos estamos concluyendo nuestro segundo reporte de sustentabilidad, bajo el nuevo estándar G4 del Global Reporting Initiative, en la modalidad "exhaustiva", lo que significa reportar un centenar de indicadores. El reporte nos permite poner la sustentabilidad en el centro de nuestro quehacer, detectar brechas y oportunidades de mejora en temas relevantes y generar un mecanismo de información y consulta con nuestros grupos de interés. Facilita alinear a toda la organización en torno a los principales focos estratégicos, como son la salud y seguridad laboral; la calidad de los servicios, lo que se relaciona con la seguridad operacional y la seguridad vial; los impactos ambientales que se producen por nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y residuos sólidos y líquidos y; finalmente, nuestra contribución al desarrollo local, expresado en aspectos como empleos generados, compras locales e iniciativas de responsabilidad social.
¿Cómo comunican todas estas buenas prácticas?
Disponemos de varios canales de comunicación internos como son las reuniones semanales de área; un boletín donde damos cuenta de aquellas noticias y buenas prácticas que nos interesa desarrollar, como prevención del consumo de alcohol y drogas, nutrición y vida saludable y conducción y seguridad vial; la realización de una encuesta de clima laboral; jornadas de información y capacitación y las comunicaciones vía correo electrónico.
Para comunicarnos con nuestros grupos de interés externos disponemos de un sitio web donde informamos sobre los temas más relevantes. Asimismo, periódicamente elaboramos notas de prensa que distribuimos a medios de información en sectores como minería, economía y sustentabilidad. Y desde el año pasado disponemos de nuestro reporte de sustentabilidad, que da cuenta de nuestro desempeño y permite recoger las principales inquietudes de los grupos de interés relevantes.
¿Cómo ves el estado de la responsabilidad social y sustentabilidad en Chile?
Hace cinco años atrás, la responsabilidad social y la sustentabilidad eran temas que preocupaban fundamentalmente a grandes empresas con alta exposición pública como las empresas mineras, de energía y el retail. Hoy cada vez hay más compañías medianas e incluso pequeñas que están incorporando la visión de la sustentabilidad en su gestión. Por otro parte, el concepto mismo de qué es responsabilidad social ha ido cambiando desde la noción inicial de filantropía a una visión donde la RSE se incorpora en el corazón de la actividad y, por lo tanto, resulta sustentable. Ya no se trata de construir una escuela o un gimnasio, sino de cómo yo aporto a un desarrollo más sustentable e inclusivo en mi entorno. En esto, como en todo, uno puede ver el vaso medio lleno o vacío. Pero lo cierto es que ya hay un interesante proceso de discusión respecto de las responsabilidades económicas, sociales y ambientales de las empresas, impensable hace tan solo una década. Lo anterior es una muestra de cómo el paradigma de la sustentabilidad está penetrando en compañías grandes, medianas y pequeñas.
¿Qué grandes desafíos tienen por delante en materia de sustentabilidad?
En lo inmediato tenemos dos grandes desafíos. Por una parte, la seguridad vial constituye un desafío permanente para nosotros como proveedores de servicios de carga terrestre. Nuestra flota recorre anualmente una distancia equivalente a 22 viajes a la luna. Esto totaliza 8.400 millones de kilómetros anuales. Lo anterior plantea grandes desafíos en materia de seguridad, salud y bienestar de nuestros conductores. En este sentido, todos nuestros vehículos cuentan con equipamiento que alerta al conductor ante cualquier imprevisto en ruta. Por otro lado, disponemos del programa "Lugar de trabajo libre de alcohol y drogas", para prevenir y controlar el consumo de este tipo de sustancias. Y mantenemos sistemas de control para asegurar el adecuado cumplimiento de las horas de trabajo y descanso de nuestros conductores. La meta es seguir manteniendo nuestro récord de cero accidentes graves y cero víctimas fatales.
Por otra parte, debemos seguir mejorando nuestro desempeño en materia de consumo del combustible diésel que utilizamos. El desafío es capacitar permanentemente a nuestros conductores en nuevas prácticas de eco driving para incrementar nuestra eficiencia energética, disminuyendo de paso las emisiones de gases de efecto invernadero por kilómetro recorrido y tonelada de carga transportada. Al mismo tiempo, hay que mantener el plan actual de renovación de nuestra flota para operar siempre equipos con menos de cinco años de antigüedad y tecnologías más limpias y eficientes.
Un desafío de otro orden, aunque no menos importante, es continuar midiendo cada año nuestra huella de carbono y neutralizando parte de nuestras emisiones, mediante la inversión en bonos de carbono, para mitigar nuestros impactos ambientales. El mercado aún no reconoce o premia esta práctica, lo que significa castigar los márgenes con que operamos. Pese a ello, nuestro propósito es mantener esta práctica amigable con el medio ambiente porque de este modo nos estamos haciendo cargo de las externalidades negativas que genera nuestra actividad como transportistas.
En definitiva, nuestro gran desafío es ser percibidos como la mejor empresa de transporte de carga terrestre en nuestro país. De esta forma esperamos poder atraer a los mejores talentos del sector, generar un desarrollo más sustentable e inclusivo en las zonas donde operamos, contribuir al cuidado del medio ambiente, tener la confianza de nuestros clientes y proveedores y el reconocimiento de nuestros trabajadores.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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