Poco antes de la tradicional misa que se realiza a mediodía de cada domingo en la Catedral de Santiago, el ministro Cristián Larroulet llegó al lugar portando una carpeta.
La presencia del secretario de Estado, encargado de los vínculos entre el Gobierno y la Iglesia, obedecía a un encargo personal del Presidente Sebastián Piñera: entregar al cardenal Francisco Javier Errázuriz el texto que, minutos después, haría público el Mandatario y en el que rechazó la propuesta eclesiástica de un indulto bicentenario.
El gesto a Errázuriz había sido precedido por un llamado del propio Presidente al cardenal, donde le explicó sus razones para no optar por un indulto de carácter general.
Aunque al dar a conocer su decisión Piñera señaló que "no era prudente ni conveniente" optar por esta última vía, sí se abrió a acoger el espíritu de la iniciativa promovida por la Iglesia Católica, a la que se sumaron las Iglesias Evangélicas y Metodistas.
En esa línea, Errázuriz destacó que la determinación del Mandatario "suscribe totalmente los valores en los cuales se basan las peticiones efectuadas" y valoró que Piñera recogiera la inquietud eclesiástica por la realidad penitenciaria del país.
"Nos deja muy satisfechos y nos deja satisfechos sobre todo el hecho de que el debate se instaló en la comunidad nacional", señaló, por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic.
La misma valoración provino de los máximos representantes de las Iglesias Evangélicas. El obispo Emiliano Soto sostuvo que "buena parte de la propuesta que nosotros entregamos está recogida. Pedimos que no fueran considerados en la iniciativa crímenes de lesa humanidad, de narcotráfico, de terrorismo, de violaciones y que no hubiera indulto general", sentenció.
Molestia oficialista
En los días previos a su decisión, Piñera contactó a los principales líderes políticos, desde el PC a la Alianza.
Y, en público y en privado, la Concertación y la Alianza manifestaron su opinión: los primeros anunciando su rechazo a un indulto general que incluyera a militares vinculados a casos de violaciones a los DD.HH. y, la segunda, promoviendo una iniciativa que no estableciera distinciones entre civiles y militares.
Así, tras conocerse el rechazo a la propuesta eclesiástica, la oposición valoró la postura presidencial. En esa línea, el senador PS Camilo Escalona señaló que "la decisión del Presidente de la República de proceder a no enviar al Congreso Nacional una propuesta de indulto es una buena decisión y evita el agravamiento de una discrepancia que permanecerá latente en nuestra sociedad por muchos años".
Sectores oficialistas, en tanto, lamentaron el rechazo de Piñera a una ley de indulto. A juicio del senador Hernán Larraín (UDI), el Mandatario perdió la oportunidad de dar "una cuota de misericordia" a la justicia, mientras el diputado Alberto Cardemil (RN) -aunque expresó que era positivo "analizar beneficios caso a caso"- atribuyó a "sectores recalcitrantes de la izquierda" que se haya impedido avanzar en una iniciativa de esa naturaleza.
El presidente de la UDI, Juan Antonio Coloma, en tanto, afirmó que "el Presidente fue prudente y realista porque medidas en materia de reconciliación requieren acuerdos máximos y la izquierda claramente lo planteó estos días con ninguna voluntad de hablar de reconciliación".
Saludos,
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