Columnista Diario Financiero
Rafael Rodríguez
¿Por qué las mujeres ejecutivas ganan menos que sus pares masculinos?
Jueves 19 de noviembre del 2009
En la columna del mes de octubre hacíamos la pregunta de si las mujeres ejecutivas eran o no discriminadas en el mundo corporativo de nuestro país. Para estos efectos se planteaban dos tipos de discriminación, el acceso a posiciones ejecutivas y la eventual discriminación de remuneraciones.
En dicha columna se argumentaba que la menor participación de mujeres en los cargos ejecutivos iniciales -desde un 30% en cargos ejecutivos tempranos, a un 8% en los cargos de gerencia y a un 2% en los de gerencias generales-, se debía fundamentalmente a opciones tomadas por las profesionales en cuanto a dedicar el esfuerzo en tiempo y energía al trabajo respecto de dedicarlo a la maternidad y educación de sus hijos. Hay estudios serios que sostienen que las mujeres han evolucionado a través de la historia desarrollando intereses diferentes a los de los de los hombres y que el destacar en el mundo del trabajo como en otros campos donde se produce competencia, simplemente no tiene la prioridad que tiene para los hombres por las mismas razones atávicas, por tanto la menor participación de las mujeres en el mundo del trabajo se explicaría más por una elección que por obstáculos puestos para perjudicarlas.
En el estudio de Compensaciones de Altos Ejecutivos realizado por Denarius se consultó a las mujeres que ocupan cargos gerenciales si llegar a esos puesto les había costado más que a sus pares masculinos y la respuesta de un 76% de las encuestadas fue que no. Interesante respuesta de parte de quienes supuestamente serían las principales testigos de una eventual discriminación.
Sin embargo, quedó para esta columna planteada la pregunta de la segunda fuente posible de discriminación; las compensaciones. En este respecto, el estudio citado mostraba que en promedio, las mujeres ganaban un 19% menos que los ejecutivos.
Es difícil ser concluyente en este aspecto con los datos que se pueden extraer del citado estudio, sin embargo es posible buscar posibles explicaciones en otros estudios que ayuden a explicar este fenómeno.
En el muy interesante seminario sobre la evolución de las especies organizado en agosto del presente año en Santiago, la psicóloga Helena Cronin mostró las conclusiones obtenidas en un estudio sobre las diferencias salariales entre hombres y mujeres en Inglaterra, el que concluía que la diferencia salarial observada de 23% en perjuicio de las mujeres, se reducía a 13% al corregir las remuneraciones por las horas trabajadas, puesto que los hombres trabajaban en promedio más horas, incluyendo los viajes.
Otro estudio hecho sobre graduados del MBA de Stanford, citado en el libro "Biology at work" de Kingsley Browne comprobó que los hombres trabajaban un 18% más que sus compañeras de estudio, sin embargo las MBA solteras no se diferenciaban en el número de horas trabajadas con sus respectivos colegas masculinos.
En muchos de los casos de los reclamos en contra de la discriminación de la mujer en el trabajo, tanto en accesibilidad a posiciones de responsabilidad como en remuneraciones, se exhiben cifras que constatan diferencias pero no existe junto a las mismas el rigor una investigación seria que demuestre que las mismas se explican por prácticas de discriminación. Ojalá que en el futuro surjan estos estudios para Chile, es posible que se derriben algunos mitos.
Saludos
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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