Nuevas zonificaciones vitivinícolas de Chile: expresiones de una diversidad única
Si eres chileno, ¿te has preguntado alguna vez cómo describiría a un extranjero tu país? Y si por el contrario, eres alguien que nunca en la vida ha puesto un pie en este Estado sudamericano, ¿qué es lo que sabes de él? Probablemente la respuesta a estas interrogantes, más allá de a cuál de los dos grupos pertenezcas, tiene que ver con la descripción que la mayoría de las personas que ha visto alguna vez un mapa de Chile hace sobre éste: un país angosto y, sobre todo, ¡muy, muy, muy, pero muy largo!
Ahora bien, si a esta particular imagen del territorio chileno le agregamos la influencia del Océano Pacífico desde el oeste y la Cordillera de los Andes -uno de los cordones montañosos más extensos de todo el planeta- al este, veremos que este país del fin del mundo posee una gran variedad de climas, paisajes, vegetación y culturas.
Y toda esta diversidad se refleja en sus vinos. Una parra de Cabernet Sauvignon con influencia costera, no dará el mismo vino que la idéntica cepa plantada en los faldeos cordilleranos, así como un Carménère del centro del país no será igual a uno que se encuentre en zonas más extremas.
Eso es justamente lo que recoge la nueva clasificación que se aprobó a mediados de 2011 para zonificación vitivinícola y la denominación de origen de vinos chilenos. Expresado en el Decreto 464, a partir de este año los vinos de Chile podrán dividir su procedencia no sólo de norte a sur –lo que era considerado por algunos expertos del mundo del vino chileno como un sistema de apelaciones basado en delimitaciones geopolíticas más que en diferencias climáticas-, sino que también incorporarán en sus etiquetas las especificidades de este a oeste, añadiendo tres nuevas zonas al mapa de vinos del país: Andes, Entre Cordilleras y Costa. "Ahora se reconoce la enorme influencia que ejerce el océano y las dos cordillera en la producción de vinos de uvas de alta calidad", dice Juan Somavía, gerente general de Wines of Chile.
¿Qué se consigue con esto? Además de reconocer el crecimiento que ha tenido durante los últimos años la superficie plantada en zonas costera de Chile, y la refinación que con los años han ido adquiriendo los equipos enológicos, viticultores y la producción en el país, la nueva legislación ayuda a que el consumidor de vinos del Estado sudamericano pueda identificar con mayor exactitud el origen del producto que está tomando. Así, ya sea que esté a pocos minutos de distancia de los campos desde dónde provienen las uvas o al otro lado del mundo, el bebedor de vino chileno podrá conocer la expresión de la gran variedad de terroirs que, gracias a sus particulares características geográficas, existen a lo largo y ancho de Chile. "Al consumidor le facilita su decisión de compra al entender las características de los vinos que vienen de una región particular", destaca Somavía.
De todas maneras, la última palabra con respecto a las zonificaciones y denominaciones de origen chilenas está lejos de ser dicha. A largo plazo, la idea es llegar a denominaciones más pequeñas que especifiquen el lugar de origen con mayor precisión, como por ejemplo Quebrada Seca, Zapallar y Apalta, lugares reconocidos por su alta calidad de vinos pero que aún no están delimitados en la legislación. Pero todo esto será a futuro. Un paso a la vez.
Si quieres ver el mapa del nuevo sistema, haz click aquí
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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