En 1905, a sus 26 años, Einstein publicó su Teoría de la Relatividad Restringida (TRR). Sin embargo, el Premio Nobel de Física que obtuvo en 1921 no lo fue por tal teoría sino por el Efecto Fotoeléctrico (que no es poca cosa) y por sus numerosas contribuciones a la física teórica. El caso es que la gente del Nobel le había encomendado la tarea de evaluar la TRR a un científico que no la entendía ni la compartía lo que, aunado al temor de que la teoría resultara errónea, ocasionó que no se le otorgara el premio por tal concepto.
Hoy en día en la Internet, es posible encontrar muchas anécdotas relacionadas con Einstein y su Teoría de la Relatividad. Independientemente de que sean o no ciertas, la abundancia de las mismas revela como mínimo dos cosas: La popularidad de Einstein y su teoría por un lado y por el otro, el inmenso ejercicio intelectual requerido -por aquellos mortales que no somos miembros del PCV o del PSUV- para entenderla.
Una de esas anécdotas es la siguiente: Un periodista le preguntó a Einstein "¿Me puede Ud. explicar la Teoría de la Relatividad?" a lo que Einstein respondió "¿Me puede Ud. explicar cómo se fríe un huevo?". El periodista lo miró extrañado y le contestó "Pues, sí, sí que puedo", a lo cual Einstein replicó "Bueno, pues hágalo, pero imaginando que yo no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego".
Algo similar sucede con la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en Venezuela: ninguno de nosotros es capaz de entenderla, con la sola excepción de los dos o tres consultores "expertos" de siempre. ¿Qué es la RSE? ¿Está más allá o más acá del altruismo? ¿Es filantropía pura o interesada? ¿Es un estrujón o un apretón? Nadie lo sabe: y tal parece que ellos tampoco.
Tan es así que cuando a estos expertos se les hace la misma pregunta, hay una altísima probabilidad de que la respuesta luzca así: "la responsabilidad social escapa de definiciones, no admite una forma única de operacionalización...". O también algo así como: "con relación a la RSE hay una buena intención. Lo que falta es un poco de conocimiento de la definición integral de RSE. En el mundo, en general, no se entiende lo que significa responsabilidad social...".
En sus instantes de éxtasis interpretativo, la RSE venezolana ha adquirido incluso tonalidades cuasi-místicas y redentoras y ya alguno de estos expertos la promociona como la única forma de salvar el capitalismo del capitalismo (siendo mías las negrillas).
Sea lo que sea la RSE, aquí en Venezuela está "kaput". Las únicas estadísticas conocidas y a mano de inversión social -como proxy de la RSE- en nuestro país son las que viene publicando la revista Business Venezuela (Venamcham), año a año desde 1998. Cuando uno computa la razón de Inversión Social Promedio a Ingresos Totales Promedio, variables reportadas por la revista para un número también variable de empresas cada año, uno evidencia que dicha razón se inserta en una tendencia manifiestamente decreciente desde el año 2002 cuando alcanzó su mayor valor igual a 1,79%. Ya para el año 2007 exhibía un valor de 0,87% y para el año 2009, último año reportado en el N° 315 de octubre/noviembre de 2010 de la revista, cerraba con un valor de 0,45%. Una simple proyección, con las herramientas de la hoja de cálculo Excel, revela un valor de 0,39% para 2010.
Las cifras anteriores conducen a esta conclusión: Sea lo que sea la RSE, aquí en Venezuela tampoco salvará al socialismo retrógrado-oportunista del siglo XXI.
c_tinoco@yahoo.com
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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